Cuando en una ciudad uno ve de modo habitual ratas cruzando las avenidas, saliendo de las alcantarillas, merodeando la basura, correteando a su aire por calles y plazas, es señal clara de que algo no funciona. Y ese algo es muy serio.
Lo mismo sucede en una sociedad. La exposición habitual en el paisaje político, financiero, sindical, de ratas humanas urbanas, la rata urbana gris, la rata de alcantarilla, indica que la cosa moralmente está mal. Son tantas, que se les ve aunque no quieran.
Estos hombres ratas, que gustan de la oscuridad, de las tuberías y orillas sin luz, de basureros y charcos pestilentes, salen a la luz porque les resulta imposible ocultarse, son muchedumbre.
Los hombres ratas, son caníbales, omnívoros, se reproducen con velocidad fantástica, de las que crían camadas proselitistas que heredan los hábitos de sus padres. Una rata corrupta tiene legión de fieles, crea escuela.
Ha llegado el momento de limpiar de nuevo las calles, quemar toda esa basura, y "desratizar" la sociedad. Y ellos no lo van a hacer.
El mejor veneno para esos, es la verdad: hay que descubrirles. Así que adelante, ya sabes que hacer no necesitas que te lo diga.
Nada más que agregar por mi parte....
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